agosto 17, 2005

Antitaurimaquia


El Tribunal Constitucional resolvió que el INC no tiene la facultad para calificar como "cultural" al las corridas de toros y por lo tanto no estan exonerados del pago del "impuesto a los espectaculos publicos no deportivos" cuya tasa es del 15 %.
A proposito de esto ya es hora de parar esta barbarie. El rechazo del publico a este cruel espectaculo es del 73% según http://www.animanaturalis.com/ y me uno a ellos. La crueldad y la tortura no son ni arte, ni cultura. Lo siguiente lo encontré en una pagina de internet. La taurimaquia es un espectaculo de tortura sangrienta, cruel y prolongada de un mamifero como nosotros, capaz de sentir DOLOR. La corrida no es más que una técnica de tortura, comparable a las que se emplean con los humanos, capaz de transformar a una persona entera en una piltrafa a la que se puede manejar como se quiera.
Antes de la corrida se encierra al toro en un cajón oscuro (chiquero), lo que tiene el efecto de aterrorizarlo. Cuando lo sueltan y antes de que llegue al ruedo le clavan el primer arpón de puntas aceradas (divisa). Un animal previamente maltratado, manipulado, encerrado en la oscuridad y con el dolor que le produce la divisa, recorre al galope el ruedo en una actitud aparentemente furiosa. Realmente, cuando el toro desemboca en la plaza, ES UN ANIMAL ATERRORIZADO QUE BUSCA DESESPERADAMENTE LA SALIDA.
El picador debe clavar la pica en el cuello del toro delante de la cruz. Teóricamente debe penetrar sólo la punta de acero de 3 centímetros, pero siempre clavan también los 11 centímetros que siguen hasta el tope, lo que representa HERIDAS DE 14 CENTÍMETROS DE PROFUNDIDAD Y HASTA 40 DE EXTENSIÓN, que producen al toro un dolor intensísimo y que lo destroza por dentro. Algunos picadores retuercen la pica para aumentar la penetración, se apoyan en la barrera y hieren detrás del morrillo o en el costado para provocar una hemorragia abundante o PERFORAR EL PULMÓN. Si el toro le parece al torero demasiado peligroso el picador lo «castiga» escrupulosamente dejándolo chorreando sangre, medio muerto y limitado grandemente en su capacidad de movimiento. Cada toro recibe una media de 3 ó 4 puyazos.


Después de que los picadores dejan al toro hecho una piltrafa, el torero demuestra su «valor» dándole pases de muleta, agotándolo por el esfuerzo y la pérdida de sangre. El toro además de mansurrón es un animal miope, daltónico, torpe e ingenuo que embiste al trapo que agitan delante de él, creyéndole culpable de sus males. Llaman asesino al toro que no se deja engañar y embiste al hombre.
Las banderillas terminan en afilados arpones metálicos de 5 centímetros y más largos aún en las banderillas negras. Los banderilleros clavan 4 ó 6 de estos arpones en las mismas horribles heridas de los puyazos o cerca de ellas. A cada movimiento del toro, las banderillas se mueven haciendo que los arpones horaden y desgarren cada vez más la carne, aumentando la hemorragia y «completando» la sádica labor del picador. El terrible dolor que le producen todas estas heridas y el destrozo de los músculos del cuello, es lo que obliga al toro a agachar la cabeza. Cuando el toro llega al ruedo tiene el «grave defecto» (debe ser un «error» de la Naturaleza) de llevar la cabeza alta. En esta postura, para matarlo, el torero se tendría que subir a una escalera para clavarle la espada y esto no sería práctico ni conforme a la sublime «dignidad» de estos torturadores.
Se trata de clavar la espada de casi un metro cerca de las vértebras para lesionar el corazón o algún vaso sanguíneo importante. Esto es la teoría y no pasa casi nunca. Lo más normal es que la espada sólo acierte a alcanzar los pulmones y que el animal agonice lentamente ahogado en su propia sangre, después de varios intentos infructuosos el toro todavía está vivo, AGONIZANTE, GIMIENDO LASTIMERAMENTE, VOMITANDO SANGRE Y PERDIENDO LA ORINA.
Finalmente, se le da la puntilla para intentar seccionar la médula espinal. Si la médula no es seccionada sino sólo dañada, el toro no está realmente muerto, sino con un cierto grado de parálisis y es arrastrado vivo y consciente (en Murcia, en septiembre de 1979, el toro se levantó cuando era arrastrado). Aun en el caso de que la médula quede seccionada, la cabeza del toro sigue «viva» unos minutos, por lo que siente perfectamente el dolor al cortarle las orejas. El toro nunca llega totalmente muerto al segundo acto de la carnicería, en esa trastienda de la plaza donde ya no hacen falta lentejuelas para descuartizar. LO MÁS TERRIBLE DE ESTA HISTORIA NO ES TANTO MORIR COMO SER TORTURADO HASTA LA MUERTE POR DIVERSIÓN. Y TODO ESTO ¡EN NOMBRE DE LA VIRGEN DE LA MACARENA, DE LA VIRGEN DE LA SOLEDAD Y DEL JESÚS DEL GRAN PODER! Y en Lima en nombre del SEÑOR DE LOS MILAGROS.

3 Comments:

Blogger Kat dijo...

ojalà que en provincias tengan presente esto...
a las personas simplemente les llega

8:24 a. m.  
Blogger Giancarlo dijo...

Tampoco estoy de acuerdo, pero no creo que la tauromaquia deba prohibirse por ley. Si se hace así surgirán las corridas underground. Lo que debemos conseguir es que las corridas de toro dejen de ser negocio, que dejen de ser vistas por televisión, que no consigan anunciantes. Cómo se hace esto? Pues con comentarios como el que publica Carlos para que quienes no conozcan la verdad de la milanesa sepan qué es lo que ocurre realmente durante este bárbaro espectáculo. Sólo así la gente dejará de divertirse con este sangriento show, dejará de ir a toros, dejará de comprar periódicos por las noticias de tauromaquia, dejará de ver programas de toros, y eso hará que el asunto deje de ser negocio. Y poco a poco dejará de exisitir, asfixiado en su propia sangre.

Todo es dinero ahora!

8:43 a. m.  
Blogger SukhoMR dijo...

Giancarlo quisiera comentar algo en tu blog, pero me redirecciona a otra pagina....putamare otra vez se infectó mi maquina....

1:48 p. m.  

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