enero 13, 2006

Intercomunicador

Cuando llegan a la entrada de la casa, él, adoptando una
Posición ganadora apoya una mano en la pared y le dice: Mi amor, ¿por
qué no me das una chupadita?
¿Qué? ¿Estás loco?!
Ya pues, rapidito, no pasa nada.
No: puede aparecer alguien de mi familia o algún vecino y
reconocerme y en tremendo lío que nos metemos. Mejor quédate quieto.
Pero es un ratito nada más, la cabecita nada más; a esta hora de
la noche no viene nadie, te lo juro mi amor.
¡Te dije que no, no y no!!!.
Ya pues. Yo sé que a ti te gusta. Una chupadita nada más...
¡¡QUE NO!!!
Anda, no seas así...
En ese momento aparece sorpresivamente la hermana
de la chica, en camisón y toda despeinada. Medio dormida le dice
a su hermana:
Dice mi Papá! que se la chupes, sino, que se lo chupe yo y si
no, dice que baja él y se la chupa, pero que por favor le digas a este
reconcha su madre
¡¡¡QUE QUITE LA MANO DEL INTERCOMUNICADOR Y NOS DEJE DORMIR